Hoy (3er dia de viaje) es Domingo, y aunque en un primer momento no lo sepamos, esto va a limitar bastante nuestra visita a la isla de Andros pues pese a que estamos en una zona turística muchos servicios están cerrados o limitan su oferta.
Después de desayunar fuerte, completo y de acuerdo con los horarios de autobús que cogimos el día anterior al salir del ferry nos dirigimos a la terminal para coger el autobús y visitar Batsi (una ciudad a 15 minutos de Gravio que se presenta llamativa) y visitar Hora (la capital de la isla de Andros a 55 minutos de Gavrio en autobús). Después de esperar media hora más de la que indicaba el horario establecido en la terminal decidimos preguntar si es normal que el autobús se retrase. Para nuestra sorpresa el dueño de una de las muchas oficinas de venta de tickets de ferry que existen en Gavrio, nos dice que hoy han cambiado el horario de los ferry Rafina – Andros y consecuentemente también los autobuses con lo cual llegará una 1:30 h más tarde de los que esperábamos. ¡Vaya chasco!
Rápidamente decidimos intentar aprovechar ese rato que nos queda de espera en Gavrio (isla de Andros) así que cogemos nuestro PC y tomando un fresquito zumo de naranja pensamos en el itinerario de viaje del día siguiente por la isla de Tinos. En este punto hay que decir que aunque hasta ahora hemos podido comprobar como el comer en un buen restaurante es asequible (4 platos + bebida + postres = 15 euros/por persona) no pasa lo mismo con los cafés, refrescos y coctails que te puedas tomar en una terraza de Grecia, los cuales no acostumbran a bajar de 4 euros mínimo.
Los minutos pasan y llega el autobús. ¡Por fin! Ah, pero como hay que esperar a que llegue otro ferry tenemos que volver a esperar media hora más… En conclusión; si viajais en domingo en autobús aseguraros de que los horarios que establecen sean verdaderos. Y si podéis preguntar a más de una persona mejor, no todos están bien informados.
El viaje a Hora en autobús cuesta 4 euros por persona. A los 15 minutos de viaje vemos Batsi desde el autobús y como no observamos gran diferencia respecto a Gravrio decidimos no parar y así evitar posibles problemas con el autobús. Antes de subirse al autobús es necesario: un abanico, agua fría y si eres propenso a marearte tomar una biodramina o similar. Aunque el autobús sea nuevo e indique que tiene aire acondicionado no os lo creáis; sólo sale aire caliente, lo cual se hace insoportable. Durante el viaje hemos podido ver Andros en general; la parte de la costa es desigual, con grandes desniveles y playas de arena gruesa o piedras. Las casas, todas ellas con el estilo propio de Grecia (techos planos, blanco nuclear y cúpulas y ventanas pintadas de azul) están muy aisladas y separadas unas de las otras.
Resulta de los más curioso, que durante trayecto del viaje a Hora en bus no existen las paradas de autobús (exceptuando las poblaciones más importante de Andros: Gavrio y Hora); como solo existe una línea de autobuses si quieres subirte solo hace falta que te pongas en el lado correcto de la carretera y levantes la mano.
Una vez llegamos a visitar Hora, bajamos a la playa por sus infinitas calles blancas llenas de escaleras. La playa es tranquila, de piedras y agua limpia y la persona más cerca no está a más de 100m.
Una vez nos refrescamos decidimos parar a comer. Para ello nos vamos al puerto viejo y nos sentamos en el Restaurante Maninopio. Desde el primer momento nos atienden con mucha amabilidad respondiendo a todas nuestras dudas sobre los platos que ofrecen.
Finalmente escogemos;
– Skordalia
– Guiso de sepia (Cuttlefish with anithos)
Después de semejante comida, decidimos pasear y visitar Hora (Capital de Andros). La zona marítima tiene poco más que la playa y al final de esta un pequeño puerto. La zona interna nos ha parecido más bonita con su calle principal llena de comercios típicos de la zona (no souvenirs baratos) y sus encrucijadas callejuelas rodeadas de grandes casas de estilo veneciano y muy bien cuidadas.
Justo antes de dar la vuelta para volver a buscar el autobús visitamos la iglesia del pueblo y al bajar sus escaleras nos encontramos con una playa llena de patos y cisnes que se mueven sin problema cerca de los bañistas. Una estampa realmente curiosa.
El viaje de vuelta a Gravio ha sido parecida a la ida; con mucho calor. Por eso al llegar decidimos refrescarnos antes de ir al hotel en una pequeña cala cercana, ya sin gente. Realmente relajante.
Hoy pasamos la noche en Ostria Aparthotel el cual es un complejo de habitaciones de fisionomía griega con zonas ajardinadas y ubicado con vistas al mar. Las habitaciones cuentan con lavabo propio, cocina, tv, aire acondicionado y balcón.